¡VACACIONES!
Es
tiempo de vacaciones, de playa, de casita,
de viajes, de paseos, de helados, de amigos, de familia y a veces también de aburrimiento.
En
vacaciones cualquier opción puede estar permitida para frenar el ritmo
trepidante que solemos llevar durante el resto del año; también para los niños,
que con sus agendas y las nuestras van igual de cabeza que nosotros durante todo
el curso.
Yo recuerdo mis veranos de la infancia como si los días fueran interminables y las horas duraran el doble o el triple. El día cundía muchísimo y se podían hacer mil cosas. Y éramos libres, muy libres.
Ahora,
por desgracia nuestros niños no pueden o no les dejamos (no lo tengo claro) disfrutar
de esa infancia tan libre y aventurera como era años atrás. Son otros tiempos,
para bien o para mal y hay que aceptarlo.
Por
eso, es recomendable que las vacaciones las vivamos con calma, que dejemos
atrás el estrés, que recuperemos el tiempo con nuestros hijos, que pasemos
tiempo con ellos jugando, hablando, leyendo, riendo, divirtiéndonos,
disfrutando de su compañía, de sus conversaciones… En definitiva, que hagamos lo que durante el resto
del curso no solemos hacer o lo hacemos con la mirada y el pensamiento puesto
en el reloj.
Eso
sí, tampoco debe ser una carrera contra reloj para estar todo el día al
servicio de los niños, nosotros también necesitamos nuestro tiempo libre y
nuestro tiempo de descanso y el disfrutar de nuestros hijos no se debe convertir
en un trabajo sino en un placer más que nos permite el tiempo libre de las
vacaciones.
Y si
en algún momento del día se aburren no pasa nada, aburrirse es sano y necesario
para así poder crear, fantasear, dejar volar la imaginación, inventar… Seguro
que a ellos se les ocurren mil ideas sin necesidad de que estemos
planificándoles el día o de que estén enganchados a las pantallas.
Así
que… ¡A disfrutar!
¡FELIZ
VERANO Y FELICES VACACIONES!
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