LA CLAVE ES EL RESPETO
Con las imágenes de las fiestas de San
Fermín, otro año más me viene a la cabeza la idea de que no avanzamos en
respeto hacia los demás en general y en
particular en el respeto hacia las mujeres.
En Suecia, han llegado al extremo de anunciar
el primer festival de rock donde se vetará la entrada a hombres “hasta que
aprendan a comportarse”. Muy triste.
Algo está fallando ya desde hace mucho
tiempo, seguramente demasiado.
Algo está fallando cuando vemos esas imágenes
de chicas manoseadas o esas noticias sobre acoso sexual, abusos o incluso
maltrato, demasiado frecuentes todavía hoy. Demasiado frecuente para el siglo
XXI.
¿Qué está pasando que en vez de disminuir
este tipo de casos, parece que vayan en aumento? ¿Qué puede estar fallando?
Seguramente influirán muchos factores,
pero desde mi opinión, la educación sigue teniendo muchísimo que ver.
La educación que se le da a las niñas y a las
chicas; la educación que se le da a los niños y a los chicos. A pesar de las
múltiples campañas para fomentar la igualdad, la equidad, la no violencia… no
parece que calen profundo en la mayoría
de la población, tampoco en la infanto-juvenil.
Las chicas, por una parte, crecemos desde
hace ya bastante tiempo con la idea (¡menos mal!) de que somos capaces de
conseguir cualquier cosa, de que no somos mejores pero tampoco peores que
cualquier chico, de que somos libres para elegir con quién estar, qué hacer,
qué ropa ponernos, qué pensar… Estamos cada vez más empoderadas. Y eso
está muy bien, nos hace estar mejor con nosotras mismas, sentirnos más libres y
librarnos de tantos prejuicios que hasta ahora nos habían sido transmitidos
generación tras generación.
Cada vez es más frecuente ver que las
niñas/chicas son capaces de decir que algo les molesta, no se muestran sumisas,
dicen “no” de forma contundente…
Y los chicos… Aquí es donde me parece que
está el principal problema… En los chicos… En su educación. Educar a un niño/chico hoy en día es un
verdadero reto, y lo sé por experiencia.
Lo cierto es que los estereotipos, los
prejuicios y los modelos de los chicos de hoy en día no han cambiado tanto como
lo han hecho los de las mujeres. Éste puede ser uno de los factores que hacen
que muchos niños/chicos/hombres sigan sin entender que las niñas/chicas/mujeres
merecen un respeto y una consideración por el hecho mismo de ser PERSONA,
independientemente del género.
La actitud de los niños/chicos no ha variado
tanto con respecto a las niñas/chicas. Y con
los años, esa actitud, en los peores casos con alta dosis de
prepotencia, suele ir empeorando.
Por desgracia, me sorprendo aún a día de hoy
viendo a niños que les causa repulsión el color rosa (y cualquier tono
cromático que se le pueda parecer). Niños que se niegan a tocar una pintura de
color rosa porque dicen que “es de chicas”. Niños que se niegan a jugar a
“cosas de chicas” como la comba, con muñecos, con cocinas, disfrazarse… Niños
que se niegan a bailar o a cantar porque “es cosa de chicas”.
Cosa de chicas…
Una pena que desde pequeños su mundo se vea
reducido solamente a lo que es “cosa de niños”.
En cambio, las niñas y chicas sí que están ya
más acostumbradas a jugar a juegos mal llamados masculinos como el
fútbol, construcciones, coches, superhéroes, videojuegos…
Los juegos, los juguetes, la diversión no tiene
género.
La buena educación, la educación correcta y
respetuosa con niños/chicos y niñas/chicas, en igualdad de oportunidades,
eliminando estereotipos y prejuicios que hagan que puedan pensar que unos u
otras son menos importantes es, para mí, la clave de una mejora de esta
situación tan confusa que existe en la actualidad.
Es necesario entender que cualquier persona,
sea del género y orientación que sea, debe ser respetada y tratada de forma
considerada; sin ser menospreciada,
humillada ni subestimada; respetando siempre sus decisiones y sus actos.
El respeto verdadero hacia los demás se
aprende; hay que enseñarlo y demostrarlo desde bien pequeños.
Yo creo que ahí está la clave.
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