Y
LLEGÓ SEPTIEMBRE….
Se acabaron las vacaciones, se
acabó agosto, se acabó la playa, se acabó el dolce far niente, se acabó la pausa y el sosiego, se acabó pasar el
tiempo a cámara lenta…
Llegó septiembre, llegó el cole,
llegaron las colas, llegaron las prisas, llegaron los libros…
Con el famoso lema de “la vuelta
al cole” todos volvemos un poco a la realidad,
a la rutina, al trabajo, a las extraescolares, al famoso “día a día”.
Los niños también. Las
madres/padres también. Y los grupos de Whatsapp del cole… ¡también!
Durante el verano seguramente la
mayoría hemos podido desconectar de todo lo que tiene que ver con el colegio,
pero poco a poco todo va volviendo a la rutina y es conveniente recordar
algunas reflexiones para que el curso que inicia se haga llevadero y evitar posibles
contratiempos que puedan surgir.
Aquí hay una cuantas:
- Establecer una rutina adecuada de sueño. Durante el verano seguramente hemos sido más permisivos con los horarios de sueño y nuestros hijos se han acostado más tarde o sin horario porque también se levantaban cuando querían.
Ahora, con la vuelta al colegio es imprescindible que los niños duerman las horas necesarias para que puedan atender y rendir de forma óptima cuando estén en clase. Según los especialistas, alrededor de 10 horas son las recomendadas en la infancia. - Control de las pantallas (televisión, videojuegos, móviles y tablets). Hay que retomar también una rutina en este tema, un horario de juego o de tele, que debe respetarse y ser adecuado para cada edad. No hay que olvidar establecer un control y una supervisión constante sobre qué tipo de juegos o de programas ven nuestros hijos y buscar que sean adecuados a su edad, conocimiento y desarrollo.
- Mucha comunicación y diálogo. Tanto con nuestros hijos como con los profesores de nuestros hijos. Hay que estar al tanto de si les notamos algún cambio que nos preocupe, alguna actitud que nos sorprenda… Maestros y padres deben trabajar juntos por el bienestar y el correcto desarrollo de los niños.
- Dar autonomía. Es normal que los niños vayan haciéndose más autónomos, más independientes, que quieran ir haciendo más cosas por ellos mismos. Hay que ir dejándoles, poco a poco; en función de su edad. Ellos se sentirán mejor y sabrán que confiamos en ellos. ¿Y si se equivocan? Pues no pasa nada, de lo errores aprendemos todos.
- Determinar los límites y las normas con claridad. Límites y normas claras de conducta son necesarias para fomentar un modelo de conducta adecuada. Lo ideal es buscar el punto medio entre ser un padre/madre autoritario y ser un padre/madre permisivo. Ser coherente y constante puede hacer la tarea más llevadera.
- Estar atentos a los comportamientos con los demás. Muy importante es cómo se relaciona nuestro hijo con los demás y viceversa. Habrá altibajos, amigos que dejan de serlo durante un tiempo, riñas, discusiones, etc. Merece la pena que los padres evitemos intervenir e interferir en las relaciones de nuestros hijos, ya que si lo hacemos, la situación que en inicio podía ser intrascendente, puede volverse grave y con mayor repercusión. Tan importante es saber cómo trata nuestro hijo a sus compañeros y amigos que cómo le tratan a él. Ante la menor duda, es conveniente ir a contrastar la información con el profesorado; hablar con nuestro hijo y dotarlo de recursos y estrategias para que sepa afrontar la situación conflictiva. Es recomendable educar en la empatía, la tolerancia y el respeto a los demás.
VENGA, QUE EMPIECE EL CURSO…
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