jueves, 15 de junio de 2017

EL TDAH, ESE GRAN INCOMPRENDIDO


EL TDAH, ESE GRAN INCOMPRENDIDO

Traslado hoy al blog un artículo que escribí y publicaron en el Diario Levante (Comunidad Valenciana) el 4 de octubre del 2016. En esta ocasión hablo de la necesidad de un protocolo claro y consensuado para actuar ante trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Si alguien todavía tiene dudas de que este trastorno pueda existir, les remitiría a informarse a través de profesionales y especialistas tan valorados en el mundo de la Medicina, la Psicología y la Educación como Luís Rojas Marcos (Psiquiatra e investigador), Ana Miranda Casas (Catedrática de Psicología Educativa y de la Educación), Isabel Orjales Villar (Profesora de Psicología Educativa y de la Educación), José Ramón Gamo (especialista en Neuropsicología Infantil y del Desarrollo), Fulgencio Madrid (presidente de FEAADAH), Josep Antoni Ramos Quiroga (Doctor en Psiquiatría y Psicología Clínica), Mariano Trillo Garrigues (Psiquiatra Infanto-Juvenil y General), Anna Sans Fitó (especialista en Pediatría y en Neurología Pediátrica))…

Ésta es solo una pequeña muestra de los profesionales e investigadores que, aportan información rigurosa y científica basada en los estudios e investigaciones realizados.
¿Qué estudios, evidencias o respaldos científicos veraces pueden aportar quienes afirman que este trastorno no existe?
Según  el Dr. Mariano Trillo (Psiquiatra) los argumentos en contra de la existencia del TDAH son tendenciosos, no probados científicamente y sensacionalistas.
Pero está claro, que no hay más ciego que el que no quiere ver…

Ahí va el artículo…

¡URGE PROTOCOLO PARA EL TDAH!

Sí, así, en mayúsculas.
En España, varias comunidades autónomas han desarrollado hace tiempo  protocolos de actuación para la detección, el diagnóstico y la atención médica y escolar del alumnado con TDAH.
Algunas comunidades tienen protocolos de actuación y coordinación; otras, de derivación y traspaso de información; otras, guías de actuación. Las más aplicadas, como la de Murcia, tienen desarrollado un protocolo de coordinación de actuaciones educativas y sanitarias en la detección y diagnóstico del TDAH.
La Comunidad Valenciana carece de protocolo. Desde el 2014 está anunciado, pero no publicado.
Esta situación es inadmisible. Y lo peor, a día de hoy, no tiene visos de solucionarse…
No parece haber intención desde Sanidad ni desde Educación de establecer como prioritario el tema de la Salud Mental Infantil y su respuesta desde el ámbito educativo. Una pena.
Una pena para los alumnos que sufren indicadores de éste o de otros trastornos, ya que ven cómo se les merma en su derecho de ser detectados y atendidos de forma correcta con un criterio consensuado desde la escuela.
Una pena para sus familias, que deben hacer un verdadero via crucis que puede durar incluso años peregrinando de la Sanidad Pública a la privada, pasando por la escuela obteniendo diagnósticos dispares e incluso contradictorios; oyendo además las críticas más despiadadas desde su entorno.
Una pena para los profesores sensibilizados, que detectan estas dificultades en sus alumnos y quieren dar respuesta a sus necesidades específicas pero se encuentran desorientados.
Una pena para los orientadores escolares que vemos a veces nuestro trabajo menospreciado o desestimado cuando derivamos algún alumno a Salud Mental.
La falta de protocolo de actuación consensuado entre Educación y Sanidad, la falta de traspaso de información y la falta de unanimidad de criterios diagnósticos hacen que la valoración y la intervención en casos como el de TDAH sea desesperante para padres, niños y profesionales de la educación.
Existe una corriente muy visible y activa de profesionales (en Sanidad y en Educación) que se posiciona en contra de la existencia del TDAH y de otros trastornos de la infancia. Afirman que “no hay niños que padezcan TDAH sino niños mal educados, mal atendidos, aburridos o mal adaptados en la escuela”. Cabe recordar, que desde múltiples estudios neurológicos y psiquiátricos se aportan datos y pruebas concluyentes de todo lo contrario. El TDAH es una realidad.
               Afirmar lo contrario es una irresponsabilidad que agrava el sufrimiento y el sentimiento de culpa que ya poseen la mayor parte de las familias.
No todos los niños “demasiado” movidos o inatentos tienen TDAH, ni ahora está “de moda”, ni hay que “medicar” o patologizar a los niños sin necesitarlo… Detrás de cada derivación a Salud Mental hay un trabajo, pruebas, exploraciones, entrevistas, observación, valoración diferencial, medidas metodológicas aplicadas en la escuela como paliativas… Y sobre todo, tiempo. No se deriva a la ligera ni de un día para otro.
También se suele hablar del sobrediagnóstico de TDAH. No lo creo.
Según la FEAADAH (Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad) el TDAH es una patología psiquiátrica que padece alrededor de un 5% de la población infantil. En dos décadas que llevo trabajando en varios colegios, nunca he visto sobrepasada esta estadística. Al contrario, rara vez se llega.
Seguramente, lo que más se necesita es comprensión, conocimiento del trastorno, empatía con quien lo padece, información, formación y eficacia de los diferentes profesionales, coordinación, actuaciones proactivas, medidas de actuación consensuadas… En resumen, lo que viene a ser un protocolo eficaz. No debe ser tan difícil, otras Comunidades ya lo tienen…


jueves, 8 de junio de 2017

¿QUÉ VEN NUESTROS HIJOS?



¿QUÉ VEN NUESTROS HIJOS?

Me estreno con este nuevo proyecto con un tema que me parece más que interesante y digno de reflexión, sobre todo de cara a las vacaciones de verano.
¿Con qué se entretienen nuestros hijos? ¿Con qué se divierten? ¿En qué se pasan las horas sin ser capaces de distinguir si tienen hambre o tienen sueño?...
Desde luego, si habéis contestado opciones diferentes a “jugar con la Play, estar con la tablet, con el ordenador o con el móvil”, podéis estar de  enhorabuena. Eso sí, ya sabréis que se os puede ver como una especie en vías de extinción…

        Cada vez  los niños pasan más rato con estos dispositivos y estas tecnologías que nos gustan a todos, mayores y pequeños. Herramientas divertidas y muy atractivas.  Si se sabe dosificar y desconectar, no hay mayor problema.
El problema viene cuando nuestros menores pasan casi todo el rato de ocio “enganchados”. Ahí sí tenemos un problema, y no es un problema menor…
Cada vez más me estoy encontrando con niños que sólo se divierten si están ante una pantalla, y eso, aparte de ser muy triste, es muy poco educativo.



Cada vez más, los niños se refugian en móviles, tablets u ordenadores jugando a juegos que no son adecuados para su edad, y que nosotros (padres confiados muchas veces) les dejamos o desconocemos.
Niños cada vez más pequeños hablan  de mundos paralelos donde todo tipo de conductas delictivas  son parte de la vida diaria y lo viven con total normalidad.
Niños cada vez más pequeños se suscriben a canales de Youtube y son seguidores de personas y páginas que no les aportan buenos ejemplos, buenas formas o buenos comportamientos. Al contrario, son seguidores de personajes malhablados, que enseñan conductas la mayoría de veces  ilegales, que promueven la violencia gratuita y que desconocen el significado de la palabra  empatía.


Y luego, nos lamentamos de que hay acoso  y violencia escolar, de que cada vez son más agresivos, de que cada vez son más inatentos en clase, de que se aburren con mucha facilidad, de que cada vez están menos motivados, de que cada vez están más ariscos, de que cada vez están más enganchados, de que reaccionan mal si se les reduce el tiempo de juego o se les requisa el móvil…
¿De verdad no somos conscientes de que se nos va de las manos? ¿De verdad no somos conscientes de que somos los padres los que debemos manejar la situación, controlar y conocer qué visitan nuestros hijos en internet? ¿De verdad no somos conscientes de que es más importante saber “qué hacen”  en lugar de que estén tranquilos y “no nos molesten”?  ¿De verdad no nos interesa saber por dónde navegan nuestros hijos? ¿De verdad no nos importa qué videos y a qué personajes siguen? ¿De verdad no nos importa qué aprenden y cómo les puede influir lo que ven a tan corta edad? ¿De verdad no nos importa que pase las horas entre imágenes, palabras, acciones y actitudes no apropiadas para su edad? ¿De verdad no nos importa que se creen mundos paralelos? ¿De verdad no nos importa que banalicen y les divierta la violencia y la falta de empatía? ¿De verdad no nos importa que se enganchen a las nuevas tecnologías sin ningún criterio ni filtro tan pronto? ¿De verdad no nos importa?...


Preguntadles a qué juegan, con qué se divierten, a quién siguen, qué ven, qué les gusta…
Investigad.
Informaos.
Seguramente os llevareis más de una sorpresa…  
Pero nunca es tarde.



Es una reflexión que dejo aquí, que creo que es apropiada cara a las vacaciones ya que van a tener mucho tiempo libre y de nosotros depende cómo lo utilicen… De nosotros, de cómo los controlemos y de cómo nos autocontrolemos delante de ellos, quizá la parte más difícil e importante.
Sobre todo… Pensemos que NOSOTROS somos el ejemplo que tienen en casa… ¿Qué les queremos transmitir?...
¡Ánimo y feliz verano!