lunes, 18 de diciembre de 2017

ATENTAMENTE, TU HIJA.

     Es en la educación que reciben los niños y las niñas y el ejemplo que se ve en casa; ahí está siempre la clave para evitar maltratos, abusos y todo tipo de faltas de respeto a todos en general, pero a las niñas, chicas y mujeres en particular.
     La crianza de un hijo o una hija, siempre es una buena oportunidad para intentar mejorar el mundo.
     El vídeo quizá generaliza un poco y quizá haya gente que lo vea exagerado, pero creo que da para pensar un poquito en si vamos o no por el buen camino...






domingo, 26 de noviembre de 2017

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO

La importancia del juego

     Estamos cerca de las Navidades, época de regalos sobre todo para los más pequeños y me parece oportuno escribir un poco sobre la importancia de jugar en la infancia. 
     Para los niños, jugar es la actividad que lo abarca todo en su corta vida: se entretienen, aprenden, establecen vínculos y relaciones con los demás, se comunican, expresan sus emociones, aprenden a perder (esto cuesta bastante) y a ganar (que tampoco es fácil), aprenden a respetar y a explorar el mundo que les rodea.
     Se podría decir que el juego es la actividad natural en la infancia.
    Los niños y niñas juegan de forma espontánea, solos o con los demás desde su más tierna infancia, con juguetes o sin ellos, echando mano de la inmensa imaginación que tienen. Pero si hay un juguete que triunfe por excelencia y que se puede decir que es el más deseado de todos los niños podría decir que sin duda somos nosotros: los padres. 
    Cuando jugamos con nuestros hijos podemos conocerlos realmente, podemos valorar sus reacciones, podemos conocer cómo piensan y al mismo tiempo que nos divertimos podemos transmitirles una serie de valores como el respeto de las normas del juego, la empatía, el compartir, la perseverancia, la colaboración, el trabajo en equipo, etc., al tiempo que estrechamos nuestros vínculos afectivos con ellos.
     Hoy en día el juego de los pequeños se está transformando.
    Si ya cada vez salen menos a jugar en la calle y a jugar juegos tradicionales con otros niños, se suma que cada vez es más frecuente que jueguen desde bien pequeños con las nuevas tecnologías que fomentan el juego individual y en solitario.
     Estamos cerca de las Navidades, y es conveniente valorar que el mejor regalo para los niños somos NOSOTROS y NUESTRO TIEMPO.
     Este vídeo de una campaña publicitaria ayuda a la reflexión... 
     


domingo, 29 de octubre de 2017

ES CULPA DE TODOS

ES CULPA DE TODOS

       Hoy he visto el vídeo que ha lanzado una cadena de comida rápida para crear conciencia sobre el bullying. Me ha parecido sobrecogedor...


       Es sobrecogedor que el ser humano se altere y se indigne porque su hamburguesa no está en condiciones óptimas; pero en cambio mire de reojo ignorando el maltrato que le están haciendo a un chaval delante de sus ojos.
       ¿Por qué reaccionamos así? ¿Por qué nos resulta tan fácil y cómodo mirar hacia otro lado? ¿Por qué no reaccionamos y ayudamos? ¿Cómo podemos después dormir tranquilos?
       Si los adultos reaccionamos de esta manera tan fría y poco humana, ¿qué podemos esperar que suceda con nuestros menores? ¿Cómo nos sorprende todavía que las cifras de acoso escolar vayan en aumento? 
       Si los adultos somos testigos mudos del acoso, estamos perpetuándolo,. Si observamos la violencia sin hacer nada para evitarla, nos volvemos insensibles e insolidarios. 
      Creo que es culpa de todos, no sólo del agresor. Los observadores también somos culpables.
      No dejemos que nuestros hijos sean inmunes al maltrato. Para ello, lo mejor es siempre el buen ejemplo por nuestra parte y darles estrategias (buscar ayuda, ser asertivos, ayudar a la víctima, rechazar la violencia del tipo que sea...) para no convertirse en espectadores.
      A veces, sólo un ¡BASTA! sería suficiente...

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN PRECOZ TAMBIÉN EN LA INFANCIA

      Hoy he leído este artículo de Jesús Jarque García, pedagogo y orientador en un colegio de Educación Infantil y Primaria de Castilla La Mancha que tiene un blog muy interesante y recomendable tanto para padres como para profesores llamado Familia y cole.
      En esta ocasión se habla de la importancia y trascendencia que tiene la detección precoz de los trastornos infantiles.
      Hay que tener en cuenta que el entorno familiar, en los primeros estadios del niño, y más tarde el entorno escolar y educativo son los encargados de observar y de detectar los posibles trastornos y/o dificultades que los niños puedan presentar. Es cierto que los profesionales de la salud también son importantes a la hora de la detección precoz, pero para ello, suele ser necesario que los padres u otros familiares ya se hayan dado cuenta de que algún aspecto del desarrollo del niño no parece evolucionar de la forma  más adecuada para su edad. 
      Los problemas pueden venir en el desarrollo motriz, en el cognitivo o intelectual, en el lenguaje, en el sensorial (problemas visuales, auditivos...), en la conducta, en el control de esfínteres, en la comunicación, en el desarrollo social, en el desarrollo emocional, etc.
      No es  nada fácil asimilar que nuestro hijo/a pueda tener alguna dificultad o trastorno, pero cuanto antes se pueda descartar, antes podremos estar tranquilos. Y si por el contrario, algo sucede, cuanto antes lo sepamos, antes podremos empezar a buscar soluciones.
      Yo siempre digo que más vale pasarse por exceso de cuidado y de observación que por defecto ya que un diagnóstico tardío se traduce siempre en un sufrimiento para los padres y para los niños así como en un retraso en la posible intervención educativa.
      Me ha parecido una reflexión muy completa y acertada; por eso he pensado que lo mejor era compartirla.
      Aquí está el artículo:

           "Todavía es pequeño, vamos a esperar a ver si mejora"

domingo, 10 de septiembre de 2017

Y LLEGÓ SEPTIEMBRE...


Y LLEGÓ SEPTIEMBRE….
Se acabaron las vacaciones, se acabó agosto, se acabó la playa, se acabó el dolce far niente, se acabó la pausa y el sosiego, se acabó pasar el tiempo a cámara lenta…
Llegó septiembre, llegó el cole, llegaron las colas, llegaron las prisas, llegaron los libros…
Con el famoso lema de “la vuelta al cole” todos volvemos un poco a la realidad, a la rutina, al trabajo, a las extraescolares, al famoso “día a día”.
Los niños también. Las madres/padres también. Y los grupos de Whatsapp del cole… ¡también!
Durante el verano seguramente la mayoría hemos podido desconectar de todo lo que tiene que ver con el colegio, pero poco a poco todo va volviendo a la rutina y es conveniente recordar algunas reflexiones para que el curso que inicia se haga llevadero y evitar posibles contratiempos que puedan surgir.
Aquí hay una cuantas:
  • Establecer una rutina adecuada de sueño.  Durante el verano seguramente hemos sido más permisivos con los horarios de sueño y nuestros hijos se han acostado más tarde o sin horario porque también se levantaban cuando querían.
    Ahora, con la vuelta al colegio es imprescindible que los niños duerman las horas necesarias para que puedan atender y rendir de forma óptima cuando estén en clase. Según los especialistas, alrededor de 10 horas son las recomendadas en la infancia.
  • Control de las pantallas (televisión, videojuegos, móviles y tablets). Hay que retomar también una rutina en este tema, un horario de juego o de tele,  que debe respetarse y ser adecuado para cada edad. No hay que olvidar establecer un control y una supervisión constante sobre qué tipo de juegos o de programas ven nuestros hijos y buscar que sean adecuados a su edad, conocimiento y desarrollo.

  • Control de internet. Siempre hay que controlar por dónde navegan nuestros hijos y con quién interactúan en las redes sociales o por whatsapp si no queremos llevarnos sorpresas…
  • Mucha comunicación y diálogo. Tanto con nuestros hijos como con los profesores de nuestros hijos. Hay que estar al tanto de si les notamos algún cambio que nos preocupe, alguna actitud que nos sorprenda… Maestros y padres deben trabajar juntos por el bienestar y el correcto desarrollo de los niños.
  • Dar autonomía. Es normal que los niños vayan haciéndose más autónomos, más independientes, que quieran ir haciendo más cosas por ellos mismos. Hay que ir dejándoles, poco a poco; en función de su edad. Ellos se sentirán mejor y sabrán que confiamos en ellos. ¿Y si se equivocan? Pues no pasa nada, de lo errores aprendemos todos.
  • Evitar sobrecargar la agenda. Es bueno que tengan actividades extraescolares, sobre todo respetando sus intereses (que no los nuestros). Pero todo exceso crea problemas y sobrecargar la agenda de los niños puede resultar contraproducente y puede ocasionar problemas de estrés y de ansiedad.
  • Determinar los límites y las normas con claridad. Límites y normas claras de conducta son necesarias para fomentar un modelo de conducta adecuada. Lo ideal es buscar el punto medio entre ser un padre/madre autoritario y ser un padre/madre permisivo. Ser coherente y constante puede hacer la tarea más llevadera.
  • Estar atentos a los comportamientos con los demás. Muy importante es cómo se relaciona nuestro hijo con los demás y viceversa. Habrá altibajos, amigos que dejan de serlo durante un tiempo, riñas, discusiones, etc. Merece la pena que los padres evitemos intervenir e interferir en las relaciones de nuestros hijos, ya que si lo hacemos, la situación que en inicio podía ser intrascendente, puede volverse grave y con mayor repercusión. Tan importante es saber cómo trata nuestro hijo a sus compañeros y amigos que cómo le tratan a él. Ante la menor duda, es conveniente ir a contrastar la información con el profesorado; hablar con nuestro hijo y dotarlo de recursos y estrategias para que sepa afrontar la situación conflictiva. Es recomendable educar en la empatía, la tolerancia y el respeto a los demás.
  • La mejor enseñanza es dar ejemplo. Las buenas formas, la alegría, el respeto, la buena educación, la tolerancia, la comprensión, los valores, la positividad, el sentido común, el cariño, el autocontrol…
    Todo (lo positivo y lo negativo) lo aprenden a través de nosotros, nos guste o no.
VENGA, QUE EMPIECE EL CURSO…

sábado, 29 de julio de 2017

¡VACACIONES!


¡VACACIONES!
Es tiempo de vacaciones, de playa, de casita, de viajes, de paseos, de helados, de amigos, de familia y a veces también de aburrimiento.
En vacaciones cualquier opción puede estar permitida para frenar el ritmo trepidante que solemos llevar durante el resto del año; también para los niños, que con sus agendas y las nuestras van igual de cabeza que nosotros durante todo el curso.
Desde que acaba el curso para ellos viene el relax… Todo el tiempo del mundo…  El verano…
Yo recuerdo mis veranos de la infancia como si los días fueran interminables y las horas duraran el doble o el triple. El día cundía muchísimo y se podían hacer mil cosas. Y éramos libres, muy libres.
Ahora, por desgracia nuestros niños no pueden o no les dejamos (no lo tengo claro) disfrutar de esa infancia tan libre y aventurera como era años atrás. Son otros tiempos, para bien o para mal y hay que aceptarlo.
Por eso, es recomendable que las vacaciones las vivamos con calma, que dejemos atrás el estrés, que recuperemos el tiempo con nuestros hijos, que pasemos tiempo con ellos jugando, hablando, leyendo, riendo, divirtiéndonos, disfrutando de su compañía, de sus conversaciones… En definitiva, que hagamos lo que durante el resto del curso no solemos hacer o lo hacemos con la mirada y el pensamiento puesto en el reloj. 
Eso sí, tampoco debe ser una carrera contra reloj para estar todo el día al servicio de los niños, nosotros también necesitamos nuestro tiempo libre y nuestro tiempo de descanso y el disfrutar de nuestros hijos no se debe convertir en un trabajo sino en un placer más que nos permite el tiempo libre de las vacaciones.
Y si en algún momento del día se aburren no pasa nada, aburrirse es sano y necesario para así poder crear, fantasear, dejar volar la imaginación, inventar… Seguro que a ellos se les ocurren mil ideas sin necesidad de que estemos planificándoles el día o de que estén enganchados a las pantallas.
Así que… ¡A disfrutar!
¡FELIZ VERANO Y FELICES VACACIONES!

martes, 11 de julio de 2017

LA CLAVE ES EL RESPETO

LA CLAVE ES EL RESPETO

Con las imágenes de las fiestas de San Fermín, otro año más me viene a la cabeza la idea de que no avanzamos en respeto hacia los demás  en general y en particular en el respeto hacia las mujeres.
En Suecia, han llegado al extremo de anunciar el primer festival de rock donde se vetará la entrada a hombres “hasta que aprendan a comportarse”. Muy triste.
Algo está fallando ya desde hace mucho tiempo, seguramente demasiado.
Algo está fallando cuando vemos esas imágenes de chicas manoseadas o esas noticias sobre acoso sexual, abusos o incluso maltrato, demasiado frecuentes todavía hoy. Demasiado frecuente para el siglo XXI.
¿Qué está pasando que en vez de disminuir este tipo de casos, parece que vayan en aumento? ¿Qué puede estar fallando? Seguramente influirán  muchos factores, pero desde mi opinión, la educación sigue teniendo muchísimo que ver.
La educación que se le da a las niñas y a las chicas; la educación que se le da a los niños y a los chicos. A pesar de las múltiples campañas para fomentar la igualdad, la equidad, la no violencia… no parece que calen  profundo en la mayoría de la población, tampoco en la infanto-juvenil.
Las chicas, por una parte, crecemos desde hace ya bastante tiempo con la idea (¡menos mal!) de que somos capaces de conseguir cualquier cosa, de que no somos mejores pero tampoco peores que cualquier chico, de que somos libres para elegir con quién estar, qué hacer, qué ropa ponernos, qué pensar… Estamos cada vez más empoderadas. Y eso está muy bien, nos hace estar mejor con nosotras mismas, sentirnos más libres y librarnos de tantos prejuicios que hasta ahora nos habían sido transmitidos generación tras generación.
Cada vez es más frecuente ver que las niñas/chicas son capaces de decir que algo les molesta, no se muestran sumisas, dicen “no” de forma contundente…
Y los chicos… Aquí es donde me parece que está el principal problema… En los chicos… En su educación.  Educar a un niño/chico hoy en día es un verdadero reto, y lo sé por experiencia.
Lo cierto es que los estereotipos, los prejuicios y los modelos de los chicos de hoy en día no han cambiado tanto como lo han hecho los de las mujeres. Éste puede ser uno de los factores que hacen que muchos niños/chicos/hombres sigan sin entender que las niñas/chicas/mujeres merecen un respeto y una consideración por el hecho mismo de ser PERSONA, independientemente del género.


La actitud de los niños/chicos no ha variado tanto con respecto a las niñas/chicas. Y con  los años, esa actitud, en los peores casos con alta dosis de prepotencia, suele ir empeorando.
Por desgracia, me sorprendo aún a día de hoy viendo a niños que les causa repulsión el color rosa (y cualquier tono cromático que se le pueda parecer). Niños que se niegan a tocar una pintura de color rosa porque dicen que “es de chicas”. Niños que se niegan a jugar a “cosas de chicas” como la comba, con muñecos, con cocinas, disfrazarse… Niños que se niegan a bailar o a cantar porque “es cosa de chicas”.
Cosa de chicas…
Una pena que desde pequeños su mundo se vea reducido solamente a lo que es “cosa de niños”.
En cambio, las niñas y chicas sí que están ya más acostumbradas a jugar a juegos mal llamados masculinos como el fútbol, construcciones, coches, superhéroes, videojuegos…
Los juegos, los juguetes, la diversión no tiene género.
La buena educación, la educación correcta y respetuosa con niños/chicos y niñas/chicas, en igualdad de oportunidades, eliminando estereotipos y prejuicios que hagan que puedan pensar que unos u otras son menos importantes es, para mí, la clave de una mejora de esta situación tan confusa que existe en la actualidad.
Es necesario entender que cualquier persona, sea del género y orientación que sea, debe ser respetada y tratada de forma considerada;  sin ser menospreciada, humillada ni subestimada; respetando siempre sus decisiones y sus actos.
El respeto verdadero hacia los demás se aprende; hay que enseñarlo y demostrarlo desde bien pequeños.
Yo creo que ahí está la clave.


sábado, 1 de julio de 2017

LIBROS PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES


LIBROS PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES 

Aprender a identificar las emociones, aprender a regularlas, a expresarlas y a manejarlas correctamente no es tarea fácil; y menos en la infancia.
Por eso hoy vengo a recomendar la lectura de algunos libros, bien para los ratos libres de estas vacaciones o bien para tenerlos a mano siempre que nos falten ideas con las que afrontar la gran variedad de dudas y de inquietudes que la crianza, la educación y el día a día con nuestros hijos (o alumnos) nos plantean sobre este tema.
Para mí, un libro de “cabecera” sería el Emocionario.
Es un libro fantástico, donde muy poco texto da para mucha conversación con nuestros hijos (también es válido para adultos) para aprender a identificar las emociones, poniéndoles el nombre adecuado.
Yo lo trabajo con mis hijos y les encanta. Primero adivinan qué puede ser o a qué les suena la emoción. Luego leemos la historia y luego buscamos ejemplos de situaciones en las que nos hayamos podido sentir así. Esta es una idea para sacarle partido, pero seguro que hay muchas más… 
De la misma colección de “Palabras Aladas” está el Manual para soñar, que nos ayuda a explorar e identificar nuestros sueños y deseos y nos anima a averiguar cómo podríamos alcanzarlos.  
Yo por ahora tengo sólo estos dos de la Colección, pero también existen otros títulos también muy interesantes como Diario de Gratitud, la serie Azul, El juego de pensar o Valores de Oro.
Seguramente, todos merecen la pena y nos ayudan a trabajar las emociones, nuestras cualidades y fortalezas así como a encontrarnos mejor con nosotros mismos. 

Para niños digamos… temperamentales… recomiendo El cojín (y el libro) de Martina Repentina. Es un cuento corto, un pequeño cojín y una guía para canalizar los episodios de ira, frustración y enfado que surgen con los pequeños en el día a día.
Se trata de acompañarlos en ese proceso de regular sus propias emociones negativas y saber cómo pueden expresarlas sin hacer o hacerse daño.
Este pack es de Naniero Ediciones.
De esta editorial también está el cuento “En tus brazos”, que por ahora no lo tengo, pero que se trata de una guía para acompañar el llanto y la tristeza de los niños. 

Sobre las emociones y para los más pequeños (de 3 a 6 años) también puede ayudar el libro El monstruo de colores de Anna Llenas o Vaya rabieta de Mireille D’Allance.  

Aquí os dejo también un enlace con cuentos para trabajar la tolerancia a la frustración, tan necesaria y tan poco trabajada en los niños de hoy en día. 

Y ya para acabar por hoy, dejo otro enlace de otra página donde se recomiendan 50 cuentos para trabajar las emociones de los niños.

Desde luego... No podremos aburrirnos… Hay donde elegir.
Estos libros sólo son una pequeña muestra. Hay muchos más, así como muchas más páginas interesantes, pero para empezar a identificar y a trabajar nuestras emociones y las de nuestros pequeños no están nada mal. 

Ahora sólo queda disfrutar del verano, de las vacaciones, de la lectura y de nuestros hijos.

jueves, 15 de junio de 2017

EL TDAH, ESE GRAN INCOMPRENDIDO


EL TDAH, ESE GRAN INCOMPRENDIDO

Traslado hoy al blog un artículo que escribí y publicaron en el Diario Levante (Comunidad Valenciana) el 4 de octubre del 2016. En esta ocasión hablo de la necesidad de un protocolo claro y consensuado para actuar ante trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Si alguien todavía tiene dudas de que este trastorno pueda existir, les remitiría a informarse a través de profesionales y especialistas tan valorados en el mundo de la Medicina, la Psicología y la Educación como Luís Rojas Marcos (Psiquiatra e investigador), Ana Miranda Casas (Catedrática de Psicología Educativa y de la Educación), Isabel Orjales Villar (Profesora de Psicología Educativa y de la Educación), José Ramón Gamo (especialista en Neuropsicología Infantil y del Desarrollo), Fulgencio Madrid (presidente de FEAADAH), Josep Antoni Ramos Quiroga (Doctor en Psiquiatría y Psicología Clínica), Mariano Trillo Garrigues (Psiquiatra Infanto-Juvenil y General), Anna Sans Fitó (especialista en Pediatría y en Neurología Pediátrica))…

Ésta es solo una pequeña muestra de los profesionales e investigadores que, aportan información rigurosa y científica basada en los estudios e investigaciones realizados.
¿Qué estudios, evidencias o respaldos científicos veraces pueden aportar quienes afirman que este trastorno no existe?
Según  el Dr. Mariano Trillo (Psiquiatra) los argumentos en contra de la existencia del TDAH son tendenciosos, no probados científicamente y sensacionalistas.
Pero está claro, que no hay más ciego que el que no quiere ver…

Ahí va el artículo…

¡URGE PROTOCOLO PARA EL TDAH!

Sí, así, en mayúsculas.
En España, varias comunidades autónomas han desarrollado hace tiempo  protocolos de actuación para la detección, el diagnóstico y la atención médica y escolar del alumnado con TDAH.
Algunas comunidades tienen protocolos de actuación y coordinación; otras, de derivación y traspaso de información; otras, guías de actuación. Las más aplicadas, como la de Murcia, tienen desarrollado un protocolo de coordinación de actuaciones educativas y sanitarias en la detección y diagnóstico del TDAH.
La Comunidad Valenciana carece de protocolo. Desde el 2014 está anunciado, pero no publicado.
Esta situación es inadmisible. Y lo peor, a día de hoy, no tiene visos de solucionarse…
No parece haber intención desde Sanidad ni desde Educación de establecer como prioritario el tema de la Salud Mental Infantil y su respuesta desde el ámbito educativo. Una pena.
Una pena para los alumnos que sufren indicadores de éste o de otros trastornos, ya que ven cómo se les merma en su derecho de ser detectados y atendidos de forma correcta con un criterio consensuado desde la escuela.
Una pena para sus familias, que deben hacer un verdadero via crucis que puede durar incluso años peregrinando de la Sanidad Pública a la privada, pasando por la escuela obteniendo diagnósticos dispares e incluso contradictorios; oyendo además las críticas más despiadadas desde su entorno.
Una pena para los profesores sensibilizados, que detectan estas dificultades en sus alumnos y quieren dar respuesta a sus necesidades específicas pero se encuentran desorientados.
Una pena para los orientadores escolares que vemos a veces nuestro trabajo menospreciado o desestimado cuando derivamos algún alumno a Salud Mental.
La falta de protocolo de actuación consensuado entre Educación y Sanidad, la falta de traspaso de información y la falta de unanimidad de criterios diagnósticos hacen que la valoración y la intervención en casos como el de TDAH sea desesperante para padres, niños y profesionales de la educación.
Existe una corriente muy visible y activa de profesionales (en Sanidad y en Educación) que se posiciona en contra de la existencia del TDAH y de otros trastornos de la infancia. Afirman que “no hay niños que padezcan TDAH sino niños mal educados, mal atendidos, aburridos o mal adaptados en la escuela”. Cabe recordar, que desde múltiples estudios neurológicos y psiquiátricos se aportan datos y pruebas concluyentes de todo lo contrario. El TDAH es una realidad.
               Afirmar lo contrario es una irresponsabilidad que agrava el sufrimiento y el sentimiento de culpa que ya poseen la mayor parte de las familias.
No todos los niños “demasiado” movidos o inatentos tienen TDAH, ni ahora está “de moda”, ni hay que “medicar” o patologizar a los niños sin necesitarlo… Detrás de cada derivación a Salud Mental hay un trabajo, pruebas, exploraciones, entrevistas, observación, valoración diferencial, medidas metodológicas aplicadas en la escuela como paliativas… Y sobre todo, tiempo. No se deriva a la ligera ni de un día para otro.
También se suele hablar del sobrediagnóstico de TDAH. No lo creo.
Según la FEAADAH (Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad) el TDAH es una patología psiquiátrica que padece alrededor de un 5% de la población infantil. En dos décadas que llevo trabajando en varios colegios, nunca he visto sobrepasada esta estadística. Al contrario, rara vez se llega.
Seguramente, lo que más se necesita es comprensión, conocimiento del trastorno, empatía con quien lo padece, información, formación y eficacia de los diferentes profesionales, coordinación, actuaciones proactivas, medidas de actuación consensuadas… En resumen, lo que viene a ser un protocolo eficaz. No debe ser tan difícil, otras Comunidades ya lo tienen…


jueves, 8 de junio de 2017

¿QUÉ VEN NUESTROS HIJOS?



¿QUÉ VEN NUESTROS HIJOS?

Me estreno con este nuevo proyecto con un tema que me parece más que interesante y digno de reflexión, sobre todo de cara a las vacaciones de verano.
¿Con qué se entretienen nuestros hijos? ¿Con qué se divierten? ¿En qué se pasan las horas sin ser capaces de distinguir si tienen hambre o tienen sueño?...
Desde luego, si habéis contestado opciones diferentes a “jugar con la Play, estar con la tablet, con el ordenador o con el móvil”, podéis estar de  enhorabuena. Eso sí, ya sabréis que se os puede ver como una especie en vías de extinción…

        Cada vez  los niños pasan más rato con estos dispositivos y estas tecnologías que nos gustan a todos, mayores y pequeños. Herramientas divertidas y muy atractivas.  Si se sabe dosificar y desconectar, no hay mayor problema.
El problema viene cuando nuestros menores pasan casi todo el rato de ocio “enganchados”. Ahí sí tenemos un problema, y no es un problema menor…
Cada vez más me estoy encontrando con niños que sólo se divierten si están ante una pantalla, y eso, aparte de ser muy triste, es muy poco educativo.



Cada vez más, los niños se refugian en móviles, tablets u ordenadores jugando a juegos que no son adecuados para su edad, y que nosotros (padres confiados muchas veces) les dejamos o desconocemos.
Niños cada vez más pequeños hablan  de mundos paralelos donde todo tipo de conductas delictivas  son parte de la vida diaria y lo viven con total normalidad.
Niños cada vez más pequeños se suscriben a canales de Youtube y son seguidores de personas y páginas que no les aportan buenos ejemplos, buenas formas o buenos comportamientos. Al contrario, son seguidores de personajes malhablados, que enseñan conductas la mayoría de veces  ilegales, que promueven la violencia gratuita y que desconocen el significado de la palabra  empatía.


Y luego, nos lamentamos de que hay acoso  y violencia escolar, de que cada vez son más agresivos, de que cada vez son más inatentos en clase, de que se aburren con mucha facilidad, de que cada vez están menos motivados, de que cada vez están más ariscos, de que cada vez están más enganchados, de que reaccionan mal si se les reduce el tiempo de juego o se les requisa el móvil…
¿De verdad no somos conscientes de que se nos va de las manos? ¿De verdad no somos conscientes de que somos los padres los que debemos manejar la situación, controlar y conocer qué visitan nuestros hijos en internet? ¿De verdad no somos conscientes de que es más importante saber “qué hacen”  en lugar de que estén tranquilos y “no nos molesten”?  ¿De verdad no nos interesa saber por dónde navegan nuestros hijos? ¿De verdad no nos importa qué videos y a qué personajes siguen? ¿De verdad no nos importa qué aprenden y cómo les puede influir lo que ven a tan corta edad? ¿De verdad no nos importa que pase las horas entre imágenes, palabras, acciones y actitudes no apropiadas para su edad? ¿De verdad no nos importa que se creen mundos paralelos? ¿De verdad no nos importa que banalicen y les divierta la violencia y la falta de empatía? ¿De verdad no nos importa que se enganchen a las nuevas tecnologías sin ningún criterio ni filtro tan pronto? ¿De verdad no nos importa?...


Preguntadles a qué juegan, con qué se divierten, a quién siguen, qué ven, qué les gusta…
Investigad.
Informaos.
Seguramente os llevareis más de una sorpresa…  
Pero nunca es tarde.



Es una reflexión que dejo aquí, que creo que es apropiada cara a las vacaciones ya que van a tener mucho tiempo libre y de nosotros depende cómo lo utilicen… De nosotros, de cómo los controlemos y de cómo nos autocontrolemos delante de ellos, quizá la parte más difícil e importante.
Sobre todo… Pensemos que NOSOTROS somos el ejemplo que tienen en casa… ¿Qué les queremos transmitir?...
¡Ánimo y feliz verano!